Las cuentas de teléfono son cada vez más grandes, nada me importa más que invertir en charlar con ella cada vez que puedo.
El último viaje que realizó mi hermana a Concordia me trajo estos tejiditos hermosos que tejió mi mamá para mí, siento y reconozco su olor aunque suene infantil de verdad me hacen falta al igual que su abrazo.
Las prendas son:
Un saquito calado en mohair finito, el color resultó de la mezcla de un lila con un verde. Quedó muy lindo.
Un chalequito cortito con capucha gris la parte del cuerpo y gris matizado desde el comienzo de la capucha. Ideal para usar arriba de las remeras de gimnasia. (Hay que tener en cuenta que todavía ella me ve joven y flaca).
Un chal de lana madona gruesa de Moussa que no le encontré la vuelta de como ponérmelo; cuando lo uso, le agrego un pinche de madera con una piedra en la punta; muy bonito que me trajo Mabel de San Antonio de Areco.
Por mi lado tejí bufandas blancas, una al crochet con flores tejidas a dos agujas aplicadas en un extremo.
La otra es en punto canelón 2/2 con bodoquitos en dos agujas de distinto color cosidas en los dos extremos.