
Al día siguiente de la mudanza, salimos todos a realizar unas compras. Cuando regresamos oh sorpresa, nuestra perra Awka no estaba en casa.
No puedo explicar la desesperación y la angustia de mis hijos buscando la perra. Llorando por todas las calles del barrio preguntando a los vecinos si la habían visto.
Mi marido que es el más pensante de la familia recordó que Awka tenía en el collar una chapita con el número de teléfono de la vivienda que acabábamos de dejar. Se fue para allá a esperar un milagro y el milagro se produjo, una señora llamó y dijo haber comprado la perrita a unos cartoneros, estaba en una carpintería muy lejos de casa. Martín partió a buscarla y previo al pago de un rescate la recuperamos.
Awquita como le dicen mis hijos se había tirado de la terraza de nuestra casa a la calle.
El veterinario la reviso y no tenía nada solo estaba en estado de shock producto de las horas que estuvo perdida y del susto de la caída.
Gracias a Dios mis hijos recuperaron la sonrisa, Awka recuperó su hogar y todos contentos y felices.
Agradezco a todos los amigos que me llamaron y se preocuparon.